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Nuestra Historia 

"Un espacio de soledad y silencio que responde a un anhelo de querer escuchar la palabra de Dios de una forma mas clara y personal"
-Padre Javier-

Nuestra historia

Monasterio San Maximo Confesor

La historia de este monasterio se remonta a 2012, año en que un grupo de sacerdotes se reunieron para llevar a cabo esta obra, producto de una visión personal muy anterior, en la cual buscaban crear un espacio de adoración y retiro en silencio tanto para sí mismos, como para aquellas personas que empatizaran con la idea básica. Los sacerdotes son actualmente funcionarios del Arzobispado de Guadalajara, y párrocos en la zona metropolitana de Guadalajara.

 

Para su edificación, el grupo de sacerdotes decidió aplicar una serie de conceptos propios de la iglesia ortodoxa oriental, pues su deseo era poder tener un sitio donde las visiones del cristianismo, oriental y occidental,  pudieran coexistir y ofrecer al visitante una experiencia cristiana integral. De este modo, empezaron a buscar un lugar que ofreciera fundamentalmente un sitio aislado, donde el silencio tuviera un protagonismo principal, y luego de muchas búsquedas, casi por azar, encontraron los terrenos donde se asienta actualmente este proyecto. Está ubicado en las afueras de la comunidad de Los Pueblitos, en el Municipio de San Cristóbal de la Barranca

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Influenciados por la visión de la iglesia oriental, la construcción de los edificios no obedeció a un plan arquitectónico rígido, sino que fueron sembrando los edificios en función de las áreas que ofrecía el terreno. Las dos construcciones religiosas principales, las capillas Mayor y Menor, fueron orientadas teniendo como referencia los puntos de salida y puesta del sol, ubicando las puertas de ingreso en el lado poniente de las edificaciones y el ábside en dirección a Jerusalén hacia el oriente, al sol naciente.
 

Con el propósito de hacer que en estas dos construcciones el visitante se encontrara con los conceptos y relatos contenidos en las sagradas escrituras y a manera de catequesis permanente, se decidió decorar los interiores con murales que relataran pasajes simbólicos de estos textos sagrados.

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El monasterio está dedicado a San Máximo Confesor, un padre de la Iglesia Oriental del siglo VI, quizá el hombre más culto de su tiempo, y cuya filosofía y visión animan internamente la espiritualidad de los sacerdotes que lideran este proyecto.

Estilo artístico de los murales

Para la elaboración de estos murales se decidió utilizar los cánones de la pintura Bizantina, los cuales han sido estrictamente observados, si se comparan estos trabajos con los existentes en las iglesias de la tradición ortodoxa y bizantina que se encuentran  en Europa oriental y el Asía menor, notarán que su factura es idéntica. Es por eso su vinculación con la filosofía cristiana oriental, dado que sus formatos permiten un mejor abordaje de los conceptos que se ha buscado comunicar.

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El pintor de los murales

El artista encargado de la obra es el Maestro Arturo Ruvalcaba Salazar, artista originario de Nochistlán Zacatecas, formado en la Universidad de Guadalajara, que en la actualidad tiene 27 años de experiencia.

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La técnica de pintura

La técnica de pintura que se ha venido aplicando, pues es una obra aún en proceso, es la de “pintura al temple”, técnica creada durante el renacimiento italiano, casi perdida en la actualidad, y que ha sido recuperada en los interiores de estas capillas. Es evidente al observar estas obras. la expresión de la luz es peculiar, los reflejos se ven matizados.

Como parte colateral de los trabajos, el maestro Ruvalcaba y el Padre Javier, planean a futuro, abrir una academia de pintura al temple, para aprovechar la abundante experiencia acumulada en este espacio luego de la creación de verdaderas obras maestras del estilo, que cubren muchos metros cuadrados de superficie.

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La experiencia del silencio

La experiencia de silencio que ofrece este monasterio esta inspirada en tradiciones religiosas muy antiguas, aún previas al cristianismo. a lo largo de la historia de las religiones hay multiples ejemplos de personas que se retiran al silencio y a la soledad.La palabra monasterio deriva del griego monakos, que quiere decir solitario. los monjes por lo tanto son personas solitarias.

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Las escrituras refieren que Cristo se retiró a lugares aíslados y en silencio para su encuentro con Dios para hacer oración. De esta tradición es que se toma la inspiración para proponer a las personas que buscan en el silencio un encuentro con la divinidad.En la tradicion cristiana existen las figuras de los padres y madres del desierto, que en estado de soledad pero cerca unos de otros, se apoyan y animan en su búsqueda de Diós.

Este es el modelo que se ha querido proponer en el monasterio, una experiencia de retiro y de silencio pero no de total aislamiento, sino que en el refuerzo que hace el grupo se busca crear sinergias para las búsquedas personales de encuentro con Dios.

 

Para este fin, existen el monasterio una serie de “celdas” o habitaciones individuales, a las cuales se retiran las personas en este ejercicio de silencio, por periodos de cinco dias. Estas “celdas” son habitaciones amplias construidas en grupos pero separadas unas de otras, donde la persona cuenta con un área para dormitorio, un baño, y un espacio para hacer oraciones.Los participantes pasan la mayor parte del dia solos y en silencio, solo se pueden reunir o ver a los otros participantes, un par de horas al dia.

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¿Quien es San Máximo Confesor?

             San Maximo, gran padre de la Iglesia de Oriente del período tardío. Monje, al que la tradición cristiana le otorgó el título de Confesor por su intrépida valentía con que supo testimoniar ”confesar”, incluso con el sufrimiento, la integridad de su fe en Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre, Salvador del mundo.

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San Máximo nació en Palestina, la tierra del Señor, en torno al año 580.

Desde su adolescencia se orientó a la vida monástica y al estudio de las Escrituras, en parte a través de las obras de Orígenes, el gran maestro que ya en el siglo III había “consolidado” la tradición exegética alejandrina.

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San Máximo nos dice, y sabemos que es verdad: Adán —y Adán somos nosotros— creía que el “no” era el culmen de la libertad. Sólo sería realmente libre quien puede decir “no”; para realizar realmente su libertad, el hombre debe decir “no” a Dios; sólo así cree que es él mismo, que ha llegado al culmen de la libertad.

La naturaleza humana de Cristo también llevaba en sí esta tendencia, pero la superó, pues Jesús comprendió que el “no” no es el grado máximo de la libertad humana.​Todos estos valores son grandes y fundamentales, pero sólo pueden ser verdaderos si tienen un punto de referencia que los une y les confiere la verdadera autenticidad.

 

Este punto de referencia es la síntesis entre Dios y el cosmos, es la figura de Cristo en la que aprendemos la verdad sobre nosotros mismos, así como el lugar donde se han de situar todos los demás valores, por haber descubierto su auténtico significado. Jesucristo es el punto de referencia que ilumina todos los demás valores. Este es el punto de llegada del testimonio de este gran Confesor.

Monasterio
San Máximo Confesor

Horario de servicio

Lunes - Viernes: 9 a. m. - 6 p. m.
Sábado: 10 a. m. - 2 p. m.
Domingo: cerrado

Ubicación

San Cristobal de la Barranca,
C.P. 45255
Jalisco, Mexico

Contacto

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San Máximo Confesor

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